El pensamiento, por su parte, es el producto de la mente. Las actividades racionales del intelecto y las abstracciones de la imaginación son las responsables del desarrollo del pensamiento.
Los diversos tipos de pensamiento implican la puesta en práctica de diferentes habilidades. El pensamiento literal está relacionado con habilidades como la observación, la percepción y la identificación.
El pensamiento crítico, en cambio, supone otro tipo de habilidades, como el juicio, la evaluación, la opinión y metacognición.
La comparación, la contrastación, la categorización, la predicción y la estimación están entre las habilidades del pensamiento vinculadas al pensamiento inferencial.
En un sentido más amplio y general, las habilidades básicas del pensamiento refieren a los procesos que permiten obtener información precisa y ordenada de las características de un objeto de observación. A partir de allí, pueden desarrollarse las habilidades más complejas.
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